El ministerio terrenal de Cristo fue dedicado a servir, compartir, bendecir, aliviar y enseñar lo que Él sabía que era esencial para vivir con Él eternamente. Como discípulos de Cristo debemos cultivar el deseo de servir con caridad. El servicio es una de las características de un verdadero discípulo de Cristo.Servir es compartir con alegría y entusiasmo lo que del Señor hemos recibido libremente, sea de carácter espiritual, intelectual, emocional o educacional.Sus profetas, tanto antiguos como actuales, siempre nos han recordado este principio con claridad y determinación. "sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna."(Mosíah 18:9)."Por consiguiente, tu alma será bendecida, y vivirás en seguridad con tu hermano Nefi; y tus días se emplearán al servicio de tu Dios. Por tanto, yo sé que tú estás redimido a causa de la justicia de tu Redentor; porque has visto que en la plenitud de los tiempos él vendrá para traer la salvación a los hombres." (2 Nefi 2:3).Esta es la actitud que Dios desea que desarrollemos para ser más como Él. Cuando estamos al Servicio de nuestro semejantes estamos al Servicio de Él y empezamos a ser más como Él. (Mosíah 2:17)Recientemente el Presidente Monson nos enseñó los mismos principios al pedirnos que busquemos a los que están alejados de la Iglesia, ya sea que han olvidado sus promesas y bendiciones o que se han alejado porque no los hemos cuidado o ellos mismos se han separado por no entender o no desear esforzarse por cambiar.Como una ayuda para motivar a los miembros a volver a Cristo, hemos escrito en una sola hoja nuestro dilema diario y la invitación del Señor para que nos mantengamos cerca de Él. Deseamos que lo pueda usar a lo largo de este año en sus visitas de orientación familiar/maestras visitantes; en sus reuniones de quórum u organización; en su hogar con su familia; que con inspiración encuentren maneras de compartirlo con los miembros activos y menos activos y también con sus vecinos, amigos y compañeros de trabajo que no sean miembros de la Iglesia para que sepan lo que usted piensa y siente sobre Cristo.Esta es una época en que la fe en Cristo debe aumentar, y sucederá sólo a medida que los que conocemos su plan de Salvación y sus deseos lo compartamos. Compartir no significa distribuir o repartir; significa que hablemos con ellos en un tiempo, lugar y circunstancia en que podamos invitar al Espíritu para que nos ayude a expresar lo que creemos y somos con convicción, respeto y reverencia.
Le deseamos las más altas bendiciones en el logro de esta meta.
Con amor
LA PRESIDENCIA DEL ÁREA CHILE
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